Reflexión

Vivimos en un mundo tan ajetreado que muchas veces ni siquiera nos damos cuenta de lo que estamos sintiendo, lo cual se traduce en molestias físicas o incluso enfermedades. Pase lo que pase, sean cuales fueren tus circunstancias, la depresión y la tristeza son un lujo que no nos podemos permitir. Ni la una ni la otra son malas en si mismas, siempre y cuando escuchemos su mensaje y actuemos para resolver lo que nos aflige. Nada deprime más nuestro sistema inmunitario que estas emociones.
Muchas veces ni tan siquiera se debe a un problema emocional, sino a una simple carencia de nuestro organismo, que se puede resolver acudiendo a un profesional de la salud. Nunca te identifiques con ellas, ni creas que se deben a tu forma de ser, de pensar o a tus circunstancias actuales. La felicidad, la alegría y la serenidad son nuestras por derecho propio.
Atiende tus emociones negativas y resuélvelas.

Louise L. Hay.

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